Hoy en día ya se están dando los primeros pasos de un camino que nos conducirá a la implantación a gran escala de los criterios ESG, y el papel de las administraciones públicas es clave ya desde el inicio.

Las autoridades públicas están implicándose en la generación de taxonomías públicas de actividades sostenibles. En estos momentos estas guías son una opción no obligatoria para publicar el comportamiento ESG de las empresas, aunque es posible que en los próximos años éstas sean vinculantes. Por ejemplo, la Comisión Europea publicó una taxonomía pública de actividades sostenibles en junio del 2019 en el informe ‘Financiando una economía europea sostenible: una taxonomía’, realizado por Grupo Técnico Experto en Finanzas Sostenibles, y se espera que después del proceso de realización de enmiendas este trabajo acabe siendo el texto base para producir una legislación europea más sostenible en el campo de las finanzas.

Otras iniciativas e investigaciones sobre finanzas sostenibles, como el Estándar de los Bonos Verdes de la UE, también han previsto una interacción con esta Taxonomía, aunque su impacto no sólo depende de la Taxonomía en sí misma, sino también de su «entorno «. Por ejemplo, las propuestas legislativas de la Comisión Europea sobre finanzas sostenibles también incluyen propuestas de enmienda de las directivas europeas existentes en el sector de las finanzas (MiFID II y IDD) para que incluyan «consideraciones de ESG al proceso de inversión y asesoramiento de manera coherente entre los sectores «. En otro ejemplo, la Comisión propone modificar el Reglamento Delegado (UE) 2017/565 haciendo referencia a la Taxonomía para una definición de «inversión ecológicamente sostenible». Estas modificaciones también proponen la creación de un «requisito obligatorio [a las entidades financieras] de tener en cuenta las preferencias de ESG en el proceso de asesoramiento (tanto en el perfil de clientes como en la selección del producto)».

El trabajo de la Comisión Europea pone en el centro el papel de los criterios ambientales, los que considera el pivote central de la estrategia para unas finanzas europeas para el futuro cercano, pero deja para desarrollar los ejes social y de gobernanza. La inclusión generalizada de los criterios ESG en el sistema de evaluación y contabilidad de las empresas, implementada a través de sistemas de certificación externos objetivos y eficientes, como el puesto en marcha por la Agencia Aequum ESG, pueden ayudar a superar las limitaciones que supone confiar la sostenibilidad a marcos de responsabilidad empresarial exclusivamente al ámbito ambiental.