Hasta ahora los ejecutivos de las empresas han seguido con cierta cercanía a sus proveedores de primer nivel, pero muchos desconocen todavía el alcance total de su cadena de suministro global. Desde finales de febrero de este año algunos analistas internacionales (Bloomberg, Financial Times, Barron’s, etc.) advirtieron que las cadenas de suministro globales se podrían ver afectadas seriamente por los efectos del coronavirus. De hecho, a mediados de marzo las cadenas de suministro en China e Italia ya estaban interrumpidas, lo que está obligando a las empresas a comprender mejor las dependencias de sus cadenas de suministro y, en general, a mejorar la gestión de la cadena de suministro en el futuro.
Según los datos que suministra Sustainanalytics, más del 75% de las prácticas de las empresas son ineficientes en estos momentos a nivel internacional en la gestión de la cadena de suministro. Solamente las empresas de servicios de telecomunicación se acercan al 22% de gestión de su cadena de suministro eficiente, mientras que las de tecnología de la información se quedan en un reducido 12%, quedando los sectores de los productos básicos de consumo, de los productos industriales y del resto de productos en el entorno del 20% de eficiencia.
Esto coloca a las empresas en una posición muy delicada ante la crisis actual, y ante las potenciales crisis futuras que puedan incidir en las frágiles cadenas de suministro global. Resulta evidente que las decisiones estratégicas de las empresas al más alto nivel y el establecimiento de objetivos de rendimiento realistas serán clave en las próximas semanas y meses para enfrentar la crisis en relación con las cadenas de suministro y su eficiencia. Pero si no se utilizan herramientas como el ESG para comprometer a toda la extensión de la cadena de suministro de las empresas, la recuperación de la actividad no sólo será más lenta sino mucho más arriesgada en términos de rentabilidad económica, pero también y fundamentalmente, de utilidad social.
Ante una situación crítica provocada por la pandemia, en la que las sociedades de diferentes lugares del mundo están sufriendo penalidades sanitarias, económicas, sociales y psicológicas sin precedentes en sus vidas; en la que se está revelando la importancia de la solidez de las cadenas de suministro de una serie de bienes y servicios básicos; y en la que las garantías de los estados para mantener los servicios esenciales bien provistos se está demostrando clave, un uso de ingentes esfuerzos de estímulo económico futuro sin un mayor margen de responsabilidad social objetivamente medida que el que se ha desarrollado hasta el momento, no sería entendido por la población. Esto podría provocar intensas turbulencias sociales vinculadas a la pérdida de legitimidad de la institucionalidad (pública y privada) de los países y las regiones económicas, como la UE.
Los sectores que más se están tensionando durante la crisis, los relacionados con: el teletrabajo, los productos sanitarios, las emergencias, la alimentación, etc. deberán seguir desarrollándose incluyendo obligatoriamente entre sus objetivos estratégicos de corto plazo el seguimiento y la mejora de la responsabilidad de sus cadenas de suministro a través de sistemas de certificación ESG con amplia legitimidad social. Como ya estamos comprobando con nuestra experiencia actual y como reflejan los datos de Sustainanalytics, el sector de los productos básicos es el que se encuentra en mejor disposición ante los riesgos relacionados con esta crisis (el 58% de las empresas de bienes de consumo básico tiene un sistema eficaz de gestión de seguridad y salud), y este hecho debería marcar el camino de sus decisiones estratégicas.
Parece que el futuro inmediato, y el contrato social que resulte de esta crisis, deberá asentarse sobre las bases sólidas que puede proporcionar un sistema de seguimiento del impacto de los actores económicos que tenga en consideración la evaluación objetiva, la trazabilidad, el rigor, la valoración de las externalidades positivas, y la operatividad y la eficiencia de sus cadenas de suministro en toda su extensión.